Pieter Brueghel el Viejo. El triunfo de la muerte
Hoy hace frio
recuerdas la última vez que caminamos
sí, ese día antes de que te fueras hasta las profundidades del tú
tengo una barba de 20 días
me cuelga una sombra tosca en los pies
me detengo a pensarte para encontrar mi desesperación
soy polvo entre la arena del universo
un breve himno a la soledad
hoy hace mucho frio
retuerco mis manos de reloj para detener mi tiempo
suspiro y el humo que exhalo es ministerio de la locura
me voy dejando crecer en el malestar
he alojado el germen de la desesperanza.
José J. González
Derechor reservados
Bienvenidos todos sean. Después de entrar ya no hay que mirar hacia atras.
miércoles, 28 de enero de 2015
martes, 27 de enero de 2015
Crecimiento y desesperación
Edvard munch. Separación
Continuaste creciendo
aún después de arrancarme las venas
y cortarme la respiración entre los dedos
incluso aún despues de aventarme desde el piso 33
hasta chocar contra mis pesadillas.
Continuaste creciendo, inmensa,
enorme como mis más profundos temores
lugubre y mediática en el insmonio de mis vidas
me corte el alma con finos escalpelos
derrame mi sangre colapsada por los mares
como vino y mirra entregada a los soldados.
Creciste y poco a poco me fui perdiendo
no te alcancé porque mis alas se fundieron en el sol
de tus pupilas dilatadas.
José J. González
Derechos reservados
jueves, 22 de enero de 2015
Estoy solo
S/T. Vicente Romero Redondo
Hoy he despertado de madrugada, hay un vacio frio y oscuro a mi lado
un tremendo calosfrio helandome el cuerpo y congelando mi sangre
me he levantado y preparado un café a mitad de noche
sigo buscando eso que poco a poco se fue perdiendo hasta convertirse en silencio
sigo pensado, sigo atorado en la angustia del nuevo día, del nuevo decir
un tren atraviesa mi mente y cada pensamiento trasnmigra hasta el cielo
tengo que reducir las pastillas, las flores y los calmantes
Los perros ladran adentro, todo yo estoy atorado en el tumulto del sonido
todo yo he dejado de estarme en la presencia de esa ausencia clarividente
grandes trotamundos metamorfoseando un Moby Dick
traspasando los lumbrales de mis rescuerdos y los negativos de mis ensoñaciones
existe acaso ese hueco que acaba de instalarse en mi persona, en mi espíritu
todo me parece tan real, una manzana cayendo sobre mi cabeza
revelandome la astucia del universo y el misterio de la vida
El reloj presagia la suave hora de la vigilia y yo sigo despierto en este cuadro
fotografias impresas y café viejo paseando por mis venas
musica y temblor para cuando deje también el espacio entre mi cama
He despertado muy de madrugada, todo a lo lejos parece distinto
no hay salida, me estoy perdiendo.
José J. González
Derecgos reservados
Hoy he despertado de madrugada, hay un vacio frio y oscuro a mi lado
un tremendo calosfrio helandome el cuerpo y congelando mi sangre
me he levantado y preparado un café a mitad de noche
sigo buscando eso que poco a poco se fue perdiendo hasta convertirse en silencio
sigo pensado, sigo atorado en la angustia del nuevo día, del nuevo decir
un tren atraviesa mi mente y cada pensamiento trasnmigra hasta el cielo
tengo que reducir las pastillas, las flores y los calmantes
Los perros ladran adentro, todo yo estoy atorado en el tumulto del sonido
todo yo he dejado de estarme en la presencia de esa ausencia clarividente
grandes trotamundos metamorfoseando un Moby Dick
traspasando los lumbrales de mis rescuerdos y los negativos de mis ensoñaciones
existe acaso ese hueco que acaba de instalarse en mi persona, en mi espíritu
todo me parece tan real, una manzana cayendo sobre mi cabeza
revelandome la astucia del universo y el misterio de la vida
El reloj presagia la suave hora de la vigilia y yo sigo despierto en este cuadro
fotografias impresas y café viejo paseando por mis venas
musica y temblor para cuando deje también el espacio entre mi cama
He despertado muy de madrugada, todo a lo lejos parece distinto
no hay salida, me estoy perdiendo.
José J. González
Derecgos reservados
viernes, 16 de enero de 2015
Qué somos
S/T. Gerson Corso
Nos descubrimos un instante donde tu tiempo y mi tiempo se conjugaron para hacerse nuestro tiempo, como cuando el verano se hace de las hojas y la caída; y las hojas y su caída se hacen del verano, así somos; un complicado teorema matemático, una ecuación lanzada al universo para ser resuelta nunca.
El espacio se hizo uno, uno incalculable y siempre eterno como la locura de las aves que pasan lentas un Chopin de manos clarividentes; somo acaso como esos dos viajeros que terminan por encontrarse después de vidas enteras sin estar el uno con el otro, entendiendo, conociendo, presintiendo el juego de sus propias presencias incorpóreas a lo largo de los días.
Te he dicho de los gorriones que tengo atrapados en las arterias, de esas terribles aves que rasgan mi mente, toda mi mente y cabeza, haciéndola un desenfrenado poema de soles y lunas que ni siquiera yo alcanzo a comprender. ¿Qué somos? Los gorriones en su ventura me responden, te responden, nos responden, ¿no los escuchas?, quizá puedas hacerlo si me acerco más hasta tenerte cerca de mis labios y mis ojos.
Somos reencarnación futura cuando todo concluya y nada me ate y te ate; nos somos cuatro letras en potencia capaces de expandir universos en un sólo beso sobre las escaleras, alejados del bullicio y la tortura monótona de los otros, de ellos que nos miran y miran.
Somos un estado suspendido entre dos pensamientos atrapados el uno en el otro, multiplicándose, saltando a la vista mi deseo del siempre. Claro que nos descubrimos en ese instante que se prolongo días completos hasta hoy.
Somos, ¿qué quieres que seamos, si lo somos sin que nadie lo sepa?
José J. González
Derechos reservados
05-enero-15
miércoles, 14 de enero de 2015
Besos
Cuando te beso, en mi cabeza no hay música, ni un
solo ruido que perturbe el silencio del espacio. Me concentro en sentir tus
labios sobre los míos, en sentir y saborear tu lengua que horada las tinieblas
de mi espíritu; retengo en mi cuerpo la suave presión de tus manos frías que me
sacuden todo, imaginando tus ojos desnudos recorriendo mis temores. Tus besos
son la clara sensación que una pieza de un Katrin Möller o un Ljuba Popovic
tratan de reflejar en esa maraña de colores y ritmos.
Veo en tu mirada seductora la imagen de la
depravación, imagen que me insta a pasear mis manos en la soltura de tu
cabello, por la brevedad de tu cintura y la tenue algarabía de tus senos de
niña, dejando que mi lengua llegue a cada rincón de tu nombre para hacerlo
sucumbir al más indescifrable de los infiernos. ¿Me matarías si lo intentara? ¿Detendrías
mis labios en esa loca ventura hacia el frenesí? Me enloqueces, y lo sabes.
José J. González
Derechos reservados
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