11:28/23-10-013
Levántate nostalgia de
cuchilla,
la mañana es muy fría para
tenerte atrapada en las muñecas
y en la garganta;
las 5:20 a.m. son un diorama
infinito de mi soledad
que te descubre ausente en mis
pupilas;
levántate filosa nostalgia,
los murmullos de mis huesos
terminan por encender la habitación
de un vago aroma a
desesperación.
Has pasado
y nos somos desconocidos;
tú, despedazada por perros,
yo, atorado en la melancolía de
la mañana
viéndote caminar, alejándote sin
voltear.
Por dentro me devora una libélula,
¿querrás extirparla si
regresas?
Levántate cósmica caída,
borra de tus labios el sereno
gusano de la marchitación,
podrás danzar la música de los
alcatraces
y el polen de los ángeles
cabizbajos.
¿Sabes oscurecer la tempestad?
¿Sabes arrancarles las alas a
los colibríes?
10:16 a.m.
sigue haciendo frio allá
afuera;
me dijeron que vendrías
temprano.
Levántate hielocortante navaja
de la plancha diseccionada
donde su metal origina mi
nombre emparentado con tu crucial frío
de montaña.
¿Qué tan desconocidos hemos
sido esta mañana?
Tú, arrastrando cometas con
tus pasos,
yo, sólo una sombra etérea en
el patio.
José J. González
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